Hace unos años, en mis incursiones por los bosques, una mañana de otoño, mientras buscaba senderuelas en la pradera, un pequeño escalofrío sacudió mi espalda.. me parecía haber visto algo por el rabillo del ojo.. me di la vuelta y cual fue mi sorpresa que allí estaba plantado un grandioso ciervo macho. No le había oído acercarse, parecía increíble que un animal de tal tamaño pudiera caminar sin hacer ruido, como si flotara entre las hierbas. Aquel bello ciervo, me miró, a tan sólo dos metros y salió andando con su sutil forma de moverse y se perdió por la foresta como un espejismo.
En los bosques hay muchos animales que compiten por el trono de rey. El singular e intrépido zorro, demasiado astuto para ser rey, ladrón de los bosques más bien. El jabalí retocero, fuerte y saltarín, demasiado feo y peludo, todo un superviviente con mal carácter. El águila de los cielos, elegante en sus vuelos, fuerte como pocos, garras salvajes, un serio competidor, pero para ser rey hay que estar en la tierra. No se puede gobernar desde las nubes (piensa en ello Felipe VI). Los corzos, simples sirvientes. Las serpientes: nada que se arrastre sobre su vientre tiene poder sobre los demás. La nutria, juguetona y risueña, pequeño príncipe de los ríos. Y la trucha, o mejor dicho, la señora trucha, reina de las aguas. Ninguno de ellos tiene el porte, la sabiduría y el resplandor del Rey de los Bosques.
No estoy en contra de la caza, más bien la considero necesaria, pero es una pena que en las cacerías se tenga como mejor trofeo al Rey del Bosque, cuanto más viejo y sabio, mejor.. Es una pena porque es él quien debe reproducirse, el animal que ha sobrevivido a tantos inviernos tiene la experiencia y la genética perfecta para traspasar a sus futuras generaciones. Esto debería revisarse, no deberíamos atropellar la selección natural.
Cuando el Rey de los Bosques hace su presencia, el mundo se para ante tus ojos, las flores crecen, los arboles se sacuden contentos y los pájaros miran con un ojo. Todo mi respeto y admiración para el ciervo. Larga vida tengas.
Espero que Tom Bombadil no se ofenda con mi reflexión.
En los bosques hay muchos animales que compiten por el trono de rey. El singular e intrépido zorro, demasiado astuto para ser rey, ladrón de los bosques más bien. El jabalí retocero, fuerte y saltarín, demasiado feo y peludo, todo un superviviente con mal carácter. El águila de los cielos, elegante en sus vuelos, fuerte como pocos, garras salvajes, un serio competidor, pero para ser rey hay que estar en la tierra. No se puede gobernar desde las nubes (piensa en ello Felipe VI). Los corzos, simples sirvientes. Las serpientes: nada que se arrastre sobre su vientre tiene poder sobre los demás. La nutria, juguetona y risueña, pequeño príncipe de los ríos. Y la trucha, o mejor dicho, la señora trucha, reina de las aguas. Ninguno de ellos tiene el porte, la sabiduría y el resplandor del Rey de los Bosques.
No estoy en contra de la caza, más bien la considero necesaria, pero es una pena que en las cacerías se tenga como mejor trofeo al Rey del Bosque, cuanto más viejo y sabio, mejor.. Es una pena porque es él quien debe reproducirse, el animal que ha sobrevivido a tantos inviernos tiene la experiencia y la genética perfecta para traspasar a sus futuras generaciones. Esto debería revisarse, no deberíamos atropellar la selección natural.
Cuando el Rey de los Bosques hace su presencia, el mundo se para ante tus ojos, las flores crecen, los arboles se sacuden contentos y los pájaros miran con un ojo. Todo mi respeto y admiración para el ciervo. Larga vida tengas.
Espero que Tom Bombadil no se ofenda con mi reflexión.
A sido un deleite leer esto, me encanta, es simple pero bonito.
ResponderEliminar