Agaricus Campestris o Champiñon Silvestre

De entre todas las especies que podemos encontrar en nuestras praderas, el Champiñón Silvestre es quizás, la más común de todas ellas. Es una seta que le gusta el calor, y se puede ver con facilidad desde finales de verano a principios del invierno. También es muy común en primavera. La podemos encontrar en los pastizales, o incluso en los arados cuando vierten estiércol. Hay que recordar que es una hongo necrófago, así que tiene predilección por los suelos con abundante madera u otros materiales en descomposición. 
Es una seta blanca, muy llamativa, que nace en grupo o en solitario. El sombrero puede alcanzar hasta los 12cm, aunque lo normal es que sean de unos 8cm, escamoso o liso, depende del sol. El sombrero se extiende por los bordes, recogiendo las láminas. Muy globoso cuando nace, tremendamente parecido a una Amanita, cosa a tener muy en cuenta, porque es quizás la confusión más habitual en las intoxicaciones. No recomiendo coger un champiñón cerrado, nunca. 
Las láminas son libres y apretadas, blanquecinas rosadas cuando están sin abrir. Las he visto incluso blancas, mucho cuidado. Una vez abierto se convierten en un bonito rosado, momento idóneo para su recolección. Este rosado ya nos indica sin lugar a dudas que es un Champiñón, y el peligro ha pasado. En su madurez se convierten en negras, muy negras. Cuando el Champiñon ha llegado a estar negro por abajo no quiere decir que no sea comestible, pero es conveniente quitar las láminas antes de cocinarlo, pues si no, tendremos una poco apetecible salsa negra en el plato.
El tronco es firme, blanco y con anillo. El anillo es otra de las características que nos podrían hacer confundir con una Amanita. Muy parecido en forma y color. Es conveniente quitar el tronco de la seta una vez que la hayas cogido. Con un pequeño giro, el tronco se rompe, y nos quedaremos sólo con el sombrero. Ésto es bueno hacerlo porque el gusano de la mosca se suele alojar en el tronco y si lo quitamos no nos lo llevamos a casa.
La carne es firme y blanquecina, aunque al corte se torna a rosácea. De sabor muy agradable, para mi gusto es quizás el mejor comestible de todas las setas, incluso mejor que los Boletus. El champiñón Silvestre es una delicia y nada tiene que ver con el Champiñón cultivado, su sabor es mucho más potente.
Insisto: En primavera hay que tener especial cuidado con no confundirla con la Amanita Verna. Son tremendamente parecidas, aunque la Amanita Phaloides se lleva la medalla popular como la seta más venenosa, es ésta confusión con la Verna la que más muertes produce. Y que la Amanita Verna es mucho más robusta que la Phaloides y ésto la hace muy parecida a los Champiñones.
También la podemos confundir con otros Champiñones, como la Bola De Nieve. Otro Agarico muy común en primavera, más grande y más globoso, y con un suave olor a anís, y los bordes amarilleantes. O el Agaricus Robusto, muy típico en los claros del pinar, (ya hablaré de ellos más adelante).
La única confusión con otro Champiñón que te puede llevar al hospital, es el Agaricus Xanthodermus, muy parecido a la Bola de Nieve pero con un fuerte olor a tinta. Esta confusión es muy habitual, incluso ha llegado a confundir a expertos. 
Como consejo: no cojas ningún Champiñón si no está rosa o negro por abajo, y tampoco los muy cercanos a la carretera o los vertederos. Los champiñones tienen la capacidad de almacenar enormes cantidades de metales pesados, incluso plomo y mercurio, así que cuidado de no comer muchos y cuando los cojas que sea en zonas muy naturales.

Foto del Agaricus Campestris o Champiñon Silvestre  -EspadasyMuslitos

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