Las series que te enamoran

Hoy en día esta muy de moda ver series de televisión en canales de pago como Neflix o HBO, la más renombrada y con razón ha sido Juego de Tronos, y no es para menos, es una serie realmente buena, de lo poco fumable que han hecho en los últimos tiempos.
La obsesión por ver series no es cosa de hoy en día, antiguamente todos seguíamos las series de antaño como Family Matters, Los vigilantes de la playa o Curro Jimenez, eran buenas series, las cuales no tienen nada que envidiar a las de hoy en día. Por lo general todo lo que se hacía antes era de mejor calidad profesional, pues si bien antes no tenían tantos medios para hacer buenas tomas fotográficas y efectos especiales, lo compensaban con buenos guiones y es aquí donde esta la diferencia. Paso lo mismo con las películas, los guionistas de hoy en día no se ganan el pan. Ni comentar siquiera lo que pienso del cine español, eso ha llegado a unos niveles de cutrerio que asusta.
Pero de entre todas las miles de buenas series que se hicieron en los años 80 y 90 hay dos que destacan sobre el resto para mi gusto, dos series que por su humanidad y carisma son destacables, estas son: Doctor en Alaska y Twin Peaks
Ambas series se rodaron al mismo tiempo en el estado de Washington, y es curioso ver que se intercambian personajes secundarios durante toda la serie. Comentar de Doctor en Alaska, que no es una serie para cortos de mente o mentes infantiles, el que este acostumbrado a los efectos especiales, a los acontecimientos predecibles y  manoseados, no es tu serie, lo vas a pasar mal. Doctor en Alaska te transporta a otro mundo, a un pequeño pueblo de Alaska donde hacen vida unos cuantos personajes que poco a poco vas conociendo y como el que no quiere la cosa llega un momento que los tomas como de la familia. Quizás sea el mejor relato social que se ha hecho en la historia, es divertida, triste, realista y absurda al mismo tiempo, como la vida misma. Estoy seguro que nunca más se volverá a crear una obra de arte como aquella, fue un milagro que aquella serie que se hizo para cubrir a otra serie durante el verano y que solo tenía presupuesto para cinco capítulos terminara siendo lo que es, seis temporadas de bella vida. La recuerdo como parte de mi vida, como si lo hubiera vivido yo también, como un sueño de verano. Llega un momento en la serie en la que notas que los personajes no hacen ningún papel, simplemente viven en la serie, no esta forzado, es tan realista y entrañable que es increíble.
La otra es Twin Peaks y es muy diferente, pues tiene bien marcado el sello del director, David Lynch, un genio incomprendido, el cual es capaz de llegar a unos límites de surrealismo dignos de Gabriel García Márquez. La serie no es entendible si no has visto antes la película de El fuego camina conmigo, película que salió 2 años después de la serie, surrealista también. Esta serie es un thriller muy curioso que al igual que la otra llega a introducirte en la sociedad del pueblo, Twin Peaks, una sociedad extraña de cojones, glamurosa y llena de secretos. La raíz de la serie es la lujuria, un pecado del que no escapa nadie en el pueblo. Quizás sea la banda sonora el perfecto emplasto para congeniar en la misma serie el misterio y el amor juntos de la mano, pues es una serie de amor extraño.
Si eres adicto a las series y quieres ver algo muy diferente a lo que hacen hoy en día, unas series con argumento, con buenas conversaciones, con un guión bíblico, tienes que ver estas dos maravillas. Se quedarán inyectadas en tu retina para toda la vida.



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