La Macrolepiota Procera o Parasol es para partirse de risa, es de ese tipo de setas que te hacen sonreir cuando las ves, y las puedes ver a gran distancia, además. Su talla es tan enorme que un hobbit podría usarla como paraguas o como sombrero.
Es una seta muy grande, dentro de las lepiotas la mayor. En cuanto al género de las Lepiotas son todas muy parecidas en su descripción física, pero la diferencia de tamaños entre ellas hace posible su perfecta identificación. Así pues, el parasol es inconfundible, el sombrero puede llegar a los 40cm, habéis oido bien, gigantesco, de las setas más grandes del bosque. En su nacimiento tiene forma de micrófono o maza para el bombo. El pie es muy largo, de hasta 30cm, cilíndrico y hueco con un típico color crema y una bulba muy imponente en su base. A destacar, el tremendo anillo deslizante que deja el sombrero cuando se abre, de color blanco crema.
El sombrero es también de color blanco crema, manchado con escamas pardas más destacables y oscuras en el centro. Láminas anchas y blancuzcas, separadas.
Suelen verse en los claros de los bosques y en los prados que lindan con ellos, muy típica en bosques de coníferas y muy abundante. Normalmente nacen en corros muy generosos aunque como muchas otras especies también la podemos ver en solitario. Se la ve desde finales de verano hasta el invierno.
Es una seta comestible de gran valor, sobre todo los ejemplares jóvenes, los muy maduros no se aconseja comerlos por su sabor algo desagradable. Pero cuando son jóvenes son un buen bocado, algo pastoso, pero de buen sabor, sólo se consume el sombrero, el tallo es muy fibroso. Es la más parecida a la carne, a sabor y textura me refiero, se suelen cocinar pasadas por huevo y fritas, sirven como acompañante para un filete o como aperitivo.
Esta especie no tiene confusión, así que, adelante con ella, ya veréis ya, como os descojonáis vivos cuando la veáis. Mi consejo es que consumas sólo un par de ellas, más no, pues se hacen un poco cansinas, así que no hace falta que llenes la cesta con ellas.
El sombrero es también de color blanco crema, manchado con escamas pardas más destacables y oscuras en el centro. Láminas anchas y blancuzcas, separadas.
Suelen verse en los claros de los bosques y en los prados que lindan con ellos, muy típica en bosques de coníferas y muy abundante. Normalmente nacen en corros muy generosos aunque como muchas otras especies también la podemos ver en solitario. Se la ve desde finales de verano hasta el invierno.
Es una seta comestible de gran valor, sobre todo los ejemplares jóvenes, los muy maduros no se aconseja comerlos por su sabor algo desagradable. Pero cuando son jóvenes son un buen bocado, algo pastoso, pero de buen sabor, sólo se consume el sombrero, el tallo es muy fibroso. Es la más parecida a la carne, a sabor y textura me refiero, se suelen cocinar pasadas por huevo y fritas, sirven como acompañante para un filete o como aperitivo.
Esta especie no tiene confusión, así que, adelante con ella, ya veréis ya, como os descojonáis vivos cuando la veáis. Mi consejo es que consumas sólo un par de ellas, más no, pues se hacen un poco cansinas, así que no hace falta que llenes la cesta con ellas.
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