Dentro de las especies que nos podemos encontrar en los pinares están los Cortinarius, que se caracterizan por poseer un velo sedoso, al estilo de la tela de araña, cubriendo las láminas. Velo que pierden en su madurez. Esta característica los hace únicos y diferentes a las demás especies, es realmente extraño.
En cuanto a la especie que hoy expongo, se trata de una de las setas más llamativas y extrañas que puedes ver en el bosque, su color azul púrpura es tan llamativo que la hace inconfundible. Sombrero de 5-12 cm, primero globuloso y luego extendido, de aspecto aterciopelado azul con fondo marrón, que se hace más patente en los ejemplares maduros.
Láminas increiblemente azules, toda una maravilla de la naturaleza, adherentes y finas, a destacar su velo azulón cuando son jóvenes. Tronco también azul, pero con menor intensidad, tirando a gris-pardo, fuerte y compacto. De carne azulada de sabor dulzón.
Suele nacer en otoño en bosques de coniferas, en solitario o en pequeños grupos, siempre en zonas húmedas y con gran abundancia de humus, como cañadas.
Se trata de una especie comestible, pero que no suele ser recolectada por su escasez, por tanto, como digo siempre, es mejor dejarla donde está, su valor radica en su llamativa apariencia, pues siempre da alegría encontrar una y observarla.
La única confusión que podemos tener con esta especie es confundirla con la Lepista Nuda que, curiosamente, tiene un sabor muy parecido, y el aspecto de ambas especies es muy similar, aunque en el Cortinarius su azul es más llamativo y su textura aterciopelada la delata, sin contar que una tiene velo, la otra no. De todos modos, no sería una peligrosa confusión pues ambas son comestibles.
Hay quien tiene cierta intolerancia a esta seta y le podría causar ciertos transtornos gastrointestinales, así que, si estás un poco delicado del estómago, no la consumas.
El Cortinarius Púrpura, que bonito es, cojones!
Láminas increiblemente azules, toda una maravilla de la naturaleza, adherentes y finas, a destacar su velo azulón cuando son jóvenes. Tronco también azul, pero con menor intensidad, tirando a gris-pardo, fuerte y compacto. De carne azulada de sabor dulzón.
Suele nacer en otoño en bosques de coniferas, en solitario o en pequeños grupos, siempre en zonas húmedas y con gran abundancia de humus, como cañadas.
Se trata de una especie comestible, pero que no suele ser recolectada por su escasez, por tanto, como digo siempre, es mejor dejarla donde está, su valor radica en su llamativa apariencia, pues siempre da alegría encontrar una y observarla.
La única confusión que podemos tener con esta especie es confundirla con la Lepista Nuda que, curiosamente, tiene un sabor muy parecido, y el aspecto de ambas especies es muy similar, aunque en el Cortinarius su azul es más llamativo y su textura aterciopelada la delata, sin contar que una tiene velo, la otra no. De todos modos, no sería una peligrosa confusión pues ambas son comestibles.
Hay quien tiene cierta intolerancia a esta seta y le podría causar ciertos transtornos gastrointestinales, así que, si estás un poco delicado del estómago, no la consumas.
El Cortinarius Púrpura, que bonito es, cojones!
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