También llamada Borracha, la Lepista nuda es hoy en día una de las setas más buscadas y recolectadas de la temporada otoñal, y es que ha pasado de ser una desconocida a tener un lugar de honor entre los principiantes, debido a su inconfundible color y aspecto.
Es una seta muy generosa, su sombrero puede alcanzar los 20 cm, de aspecto globoso en un principio, luego plano, y ligeramente enrollado en los bordes. Color azul claro cuando es joven y pardo marrón cuando es madura. Las láminas son muy características, muy apretadas, de color azul violeta muy parecido al Cortinarius Púrpura del que ya hablé. Cuando el tiempo es húmedo la seta es tremendamente resbalosa, cuando está seco cambia, y se le suelen quedar pegadas hojas y humus en su sombrero.
El tronco es corto y firme, fibroso, también de color azulón, con una zona más llamativa, como un anillo. A destacar la cantidad de micelio adherido que queda en la base del tronco cuando lo arrancamos, como podéis ver en la foto. Carne firme y con ese toque azul tan característico.
Es una seta de finales de otoño, que le gusta el frío, es capaz de sobrevivir a las heladas sin ningún problema, de hecho se congela, se descongela y sigue creciendo. Nace en grupos muy numerosos, incluso haciendo corro de brujas, muy pocas veces la veremos por separado. Le gustan los sitios sombríos y con abundante humus pero es quizás de las setas mejor adaptadas a todos los terrenos, las puedes encontrar en cualquier bosque, las he visto en pinar, en bosques de coníferas como robledales e incluso en bosques de enebrales o encinas.
Dependiendo del tipo de suelo y sustrato, el aspecto de las carpóforos varía muchísimo, podemos verla pequeña y plana, con los colores muy apagados, a grande y espectacular, si el terreno la favorece.
Debido a su aspecto, con sus colores morados, solo la podríamos confundir con la anteriormente mencionada o con su prima la Lepista Personata, pero ésta es diferente ya que sus láminas no son moradas sino pardas y suelen tener un mayor tamaño.
En el plato es una seta muy agradecida, pero con un sabor muy particular, habrá gente a la que su fuerte sabor no le agrade. Yo recomiendo freírlas bastante, que doren un poco, o si vas a hacer croquetas con ellas, primero cocerlas aparte, para que pierdan un poco de sabor.
No me extraña que en la zona norte de España la llamen también borracha, primero porque su color se asemeja al fondo de una copa de vino, las tonalidades son parecidas, y segundo porque su sabor es embriagador.
Una seta sin complejos, que siempre esta ahí, abundante y amable.
El tronco es corto y firme, fibroso, también de color azulón, con una zona más llamativa, como un anillo. A destacar la cantidad de micelio adherido que queda en la base del tronco cuando lo arrancamos, como podéis ver en la foto. Carne firme y con ese toque azul tan característico.
Es una seta de finales de otoño, que le gusta el frío, es capaz de sobrevivir a las heladas sin ningún problema, de hecho se congela, se descongela y sigue creciendo. Nace en grupos muy numerosos, incluso haciendo corro de brujas, muy pocas veces la veremos por separado. Le gustan los sitios sombríos y con abundante humus pero es quizás de las setas mejor adaptadas a todos los terrenos, las puedes encontrar en cualquier bosque, las he visto en pinar, en bosques de coníferas como robledales e incluso en bosques de enebrales o encinas.
Dependiendo del tipo de suelo y sustrato, el aspecto de las carpóforos varía muchísimo, podemos verla pequeña y plana, con los colores muy apagados, a grande y espectacular, si el terreno la favorece.
Debido a su aspecto, con sus colores morados, solo la podríamos confundir con la anteriormente mencionada o con su prima la Lepista Personata, pero ésta es diferente ya que sus láminas no son moradas sino pardas y suelen tener un mayor tamaño.
En el plato es una seta muy agradecida, pero con un sabor muy particular, habrá gente a la que su fuerte sabor no le agrade. Yo recomiendo freírlas bastante, que doren un poco, o si vas a hacer croquetas con ellas, primero cocerlas aparte, para que pierdan un poco de sabor.
No me extraña que en la zona norte de España la llamen también borracha, primero porque su color se asemeja al fondo de una copa de vino, las tonalidades son parecidas, y segundo porque su sabor es embriagador.
Una seta sin complejos, que siempre esta ahí, abundante y amable.
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