Pedo de lobo o Bovista plumbea

     También llamado Pedo de Zorra, es una de las especies más habituales de los campos castellanos. Escribo hoy sobre él, ya que es la especie más prematura en la temporada de otoño. Esta especie nos indica que la temporada ha empezado y hace ilusión verlas por este motivo. También aparece en primavera, pero en menor número.

    Especie sacrófita que abunda por los campos frescos de montaña, entre los matorrales, de aspecto globoso y blanco, de 1-3 cm de ancho y alto, a menudo más ancho que alto. Superficie lisa que, con el paso del tiempo, se va cuarteando y termina cambiando de color, de amarillo, marrón, a color plomo ya en su madurez, momento en el que se origina un pequeño agujero en su cutícula y deja escapar su increíble esporada color marrón. En el corte podemos observar dos capas o pieles, una exterior más fina y lisa, y una interior a modo de saco más resistente. Carne blanca y compacta en su totalidad cuando es joven, único momento en donde se puede consumir, luego una vez va madurando y cambia de color, el cuerpo de vuelve más inconsistente y más blando, y su consumo no es apropiado.

    Seta que suele nacer en corros, en pequeñas hileras por todo el terreno, muy llamativas y que a veces se confunden con pequeños rodales de champiñón silvestre. Una confusión que entristece el alma. 

    Por ser una especie de principios de la temporada, la podemos ver aparecer desde finales del verano si ha llovido un poco, aguanta bien el calor y nos acompañará durante gran parte de la temporada, aunque el frío y la excesiva humedad pararán su proliferación.

    Comestible mediocre, como ya he indicado sólo cuando son jóvenes y turgentes, sabor y tacto en boca nada destacable, un poco chiclosas e insípidas. 

    El pedo de lobo es un marcador del tiempo, un indicador de buena temporada, solamente eso, estoy seguro de que antes de que acabe septiembre tenemos unos cuantos por el campo.




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