Juliet

     Cariño le tengo al mundo, a aquel que rige las normas de la naturaleza, no hay nada fuera de ellas, frescor de bosque, guitarras de cuerdas añejas y tapas de fresno, y bebidas refrescantes en dias de verano. La soleada orilla del pantano no refleja tu sonrisa, es triste y sus peces perozosos, que pena no tener una caravana para albergarte, ni una misera hoguera de palos que solearan tu tierno corazon. Allí anda el mio entre el fango y el estupor de la vida, cuando te piensas que ya estoy loco, no he empezado a vivir ese día. 

    Inquieto animal que camina y bebe con la vida, no me domina el dinero ni la codicia, hace tiempo que aprendí a ser personal, solo las cosas que crecen me hacen sentir bien, y a eso los pinos me han dado la palabra que me dejan pasear por sus lugares, por esos lugares tan agradables, secos y humedos, no todo  el mundo tiene su palabra de tan agradables personajes.

    No quiero ser pesado, pero Juliet , quedate esta noche  y disfruta de la vida, no esperes grandes promesas,  ni un chico que te cuente cuanto dinero gana pues sus ganancias estan en aventura, solo aquellos que conocen el poder del ciervo y del cuervo pueden ofrecer una vida plena, arranca una sonrisa y mira la hoguera, las guitarras de la vida ya están tocando, que suerte haberte encontrado.

    Pronto habrá una vida que tenga todo, ciervo, corzo y halcón. Las rodillas se moveran al son de los vientos, como muñecos de un ser superior, y bailaremos, bailaremos por toda la eternidad.




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