Excusas y más escusas, cuando el cambio climático sirve para todo

     Ya hemos hablado anteriormente de que el cambio climático es una patraña, un invento contemporáneo que amamanta a un sin fin de supuestos científicos que rezan a diario para que éste sea el verano más caluroso y así poder decir en voz alta: os lo avisé. Pero eso no llega, ni estamos en el verano más caluroso, ni los inviernos son menos fríos, ni llueve menos en primavera. El clima es variable y no hay ecuación ni algoritmo que nos lleve a pensar que los mares nos van a inundar las costas, ni tan siquiera que estemos expuestos a un sol maligno que nos mate si estamos en el huerto limpiando las malas hierbas, o por pasar una hora a pleno sol en la playa. Las malas previsiones sólo funcionan en su cabeza. Son el resultado de los agentes que hacen el trabajo sucio, de aquellos que son bien pagados y siguen las órdenes de sus amos, esos mismos amos que también son los dueños de la revista científica y del periódico de turno. Los mismos que te hablan de catástrofes naturales, que exageran los fuegos del amazonas cuando llega al poder quien no quieren, los mismos que te ponen en contra de los rusos y te hacen pagar el aceite de girasol a precio de ginebra, y cuando te descuidas, te vienen con un meteorito que nunca cae pero que va a ser devastador. Los mismos que te empobrecen y se ríen de ti cuando echas gasolina o intentas calentar tu casa. Esos mismos tienen a sueldo a miles de pagafantas que, con la excusa de tener una carrera, son dioses del Olimpo, y con el cerebro totalmente carcomido por el salario de un ministro, defienden a muerte un cambio climático que anteriormente fue llamado calentamiento global, pero que cambiaron de nombre astutamente porque los inviernos seguían siendo fríos y no había ningún gráfico que sustentara tal afirmación. 

    Estamos en el año 2022 y ya todo el mundo tiene en la cabeza el cambio climático como uno de los problemas más precupantes, y ésto sucede porque en la televisión y en las noticias no paran de repetirlo desde hace más de 20 años, incluso vas a comprar un coche o a tirar la basura y tienes el cambio climático presente. En el mundo occidental todo hoy en día tiene que ver con el cambio climático, incluso la gente ha caído en la trampa de poner paneles solares, que son un invento magnífico para las comercializadoras, pero no para el cliente. Lo más gracioso es que incluso que te de un infarto o que se queme el monte que ves desde tu casa no es problema de la vacuna o del pirómano, es el cambio climático. Es el comodín para todo, ahora nos viene una oleada de muerte y destrucción pero no será que han vacunado a la gente con un experimento realmente peligroso que ya se ha cobrado la vida de miles de personas, no, será el cambio climático. Pero lo que va a suceder nada tiene que ver con el cambio climático, eso es sólo una excusa para seguir haciéndote más tonto y más pobre. De los tentáculos de la fé climática no escapa nadie, es una imposición social/política/económica que te absorbe la cartera constantemente, vas a cambiar las ruedas, pagas por reciclar las ruedas, pones la luz y pagas por la energía verde, que tiene guasa porque verde o roja, le estás pagando el negocio a Iberdrola o vete tú a saber a quien. No hay cosa que compres o hagas a día de hoy que esté exento de la religión climática. Al saqueo constante le añadimos que pretenden hacernos comer bichos, y nos dicen que las vacas son muy contaminantes porque defecan mucho y sus gases son peligrosísimos, pero realmente detrás de este ataque al chuletón se encuentra un horrible deseo de poder y codicia, pretenden (la élite) quedarse con el monopolio de la alimentación. Pero es más terrible de lo que cabría pensar, porque con el cambio climático pueden restringirte los derechos y no me extrañaría que en el futuro se prohibiera pisar las playas o andar por el bosque, porque claro, somos muy contaminantes.

    Terrible asunto éste, pues hay muchos, por no decir muchísimos, apuntados a la secta del cambio climático, a los que decimos lo contrario nos llaman negacionistas, palabra ya muy usada para todo, y es que desde las instituciones que se lucran con este asunto es necesario dividir el corral y señalar al disidente como hacían los nazis el siglo pasado o en Ucrania en estos días. Siempre termino igual este tipo de escritos, que no se muy bien como llamarlos, desahogo personal quizás sería un buen nombre, pero es que  a veces me supera el esperpento y llevo muchos días escribiendo y luego no los publico, porque tampoco tengo intención de deprimir a nadie, pero si, van las cosas de mal en peor, o despertamos a más gente o nos comen por los pies. Os dejo a un premio Nobel "dudando" sobre el cambio climático. 





    

    

Comentarios